Llama la atención dentro de las XII Jornadas de ASEFMA dedicadas al “Impacto de la conservación de carreteras en las emisiones de CO2” las pocas comunicaciones presentadas al premio de “Mejores prácticas ambientales”.
Matizo en el párrafo anterior la palabra “prácticas” porque entre los trabajos presentados encontramos tesis doctorales e investigaciones de empresas asfalteras, consultoras en desarrollo de productos para las carreteras y constructoras de carreteras.
No ocurre lo mismo con las comunicaciones libres presentadas, casi todas relacionadas, en mayor o menor grado, con el tema central de las jornadas en lo relativo a técnicas menos contaminantes que utilizan materiales y procesos de fabricación que nos permiten tener la esperanza de una mejora importante en cuanto a las emisiones de CO2.
Si esto fuese una novedad estaríamos de enhorabuena pero desgraciadamente son muchos lustros hablando de estas técnicas en donde la utilización de NFUs, mezclas a menor temperatura, reciclados con tasa de RAP importante, pavimentos descontaminantes… y todo sigue igual.
Efectivamente se han hecho algunas obras, en algún caso solo tramos de ensayo y si realmente estuviéramos interesados, en estos momentos, serían muchas las obras que se proyectasen con estas soluciones.
Visto lo visto desde que se empezaron a desarrollar estas tecnologías nos deberíamos plantear dos preguntas:
A la primera pregunta la respuesta es afirmativa y ahí están las comunicaciones libres presentadas, no solo en las Jornadas de ASEFMA, sino en cualquiera de los múltiples congresos de carreteras que se hacen en a nivel nacional e internacional. Podemos constatar, además, que casi todas las obras en donde se han utilizado productos o técnicas en las que las emisiones de CO2 se reducen con respecto a las convencionales han sido propuestas por las empresas constructoras. Naturalmente siempre hay excepciones y hay ciertas administraciones que siempre han estado del lado de las innovaciones en materia de medio ambiente.
En cuanto a la segunda pregunta, solo hay que mirar el presupuesto utilizado en conservación de pavimentos de carreteras. Si, como ya se ha demostrado, una buena conservación de carreteras disminuyen las emisiones de CO2, ¿por qué se realizan tan pocas obras de conservación en las carreteras españolas desde hace tantos años? Si conservar adecuadamente nuestras carreteras supone una reducción en la emisión de CO2 y no se invierte en conservación, por esta regla de tres a las Administraciones de carreteras no les importa que aumenten las emisiones como tampoco les importa tener que pagar en concepto de los derechos de emisión.
La conclusión es que no es mucha la preocupación de nuestras administraciones de carretas por el medio ambiente y en particular por la disminución de emisiones de CO2. Se conserva poco, no se utilizan, tanto como se debiera, técnicas como mezclas a menor temperatura, la utilización de mezclas asfálticas fabricadas con betunes modificados con NFUs o por vía seca, mezclas Sonoreductoras en ciudades, nuevos modelos de conservación de pavimentos, reciclados de todo tipo, no solo en frío, disminución de espesores con materiales de mayor calidad etc.
No vamos a dar números sobre la disminución de toneladas de mezcla asfáltica fabricada en los últimos años ni tampoco lo que ha supuesto en despidos de personal por la poca actividad en el sector del asfalto, si a esto añadimos que el impacto ambiental no importa demasiado, llegamos a la conclusión que mientras las diferentes administraciones no cambien de forma de actuar y desvíen más presupuesto para la conservación de nuestras carreteras, éstas van a pasar de ser uno de los pilares del bienestar social a ser una carga que afectará directamente a la calidad de vida de los ciudadanos de una forma muy negativa.
SOBRE EL AUTOR:
Miembro del Comité Técnico de ASEFMA y vocal de la “Revista Asfalto y Pavimentación”. Ha sido colaborador técnico del Grupo Sorigué (2012-14), adjunto a Dirección de PROAS (2010-12) y director técnico de Productos Asfálticos SA (1995-2010).
Otra gran entrada en el blog de Asefma. Esta vez por parte de José Antonio Soto, con quien comparto sus reflexiones.
Considero que los estudios y trabajos de investigación son muy necesarios, pues, bien enfocados, son los que permiten cuantificar las ventajas ambientales que pueden suponer cada una de las técnicas comentadas.
No todas son iguales y lo que pueden parecer, a priori, ventajas, luego no son tantas.
Las Administraciones Públicas ya están trabajando en esta línea, estudiando metodologías que permitan la consideración de impactos ambientales en el diseño de firmes de carreteras.
Si a ello se le une la necesaria inversión en conservación y las consideraciones técnicas, innovadoras y ambientales, por encima de las económicas, en los procesos de licitación, lo habremos conseguido.